Se me siguen yendo las horas y no me da la vida para publicar los ejercicios que voy haciendo. Os dejo por aquí las actividades de clase de las semanas 27 y 28 del taller de escritura. Todos microrrelatos que vuelco aquí tal y como salieron.
Semana 27
Relato a partir de tarjetas
Para la semana 27 el ejercicio fue escribir algo a partir de unas tarjetas aleatorias de personaje y emoción. Después del microrrelato tenéis las mias por si podéis adivinarlo (aunque no creo porque no estaba muy conseguido)
Lucas sonreía mientras el pequeño Tomy clavava cada uno de los acorde de violín. Había visto, y sufrido, las actividades previas de los otros alumnos por lo que escuchar por fin a alguien con talento era un gran alivio. Y, además, era el muchacho al que le había transmitido todo lo que sabía.
Cuando Tomy terminó su actuación, el auditorio del colegio al completo se puso en pie para aplaudir. Lucas se compadeció de los estudiantes que salieran después de su pupilo.

Semana 28
Esta semana nos dio tiempo a hacer tres ejercicios en clase ya que las circunstancias hicieron que solo estuviéramos tres alumnos y que solo dos lleváramos el ejercicio de casa.
Y el día que más ejercicios hacemos en clase, es el día que más espeso me he sentido escribiendo porque iba mentalmente derrotado del curro… Cuanta razón le doy a Sanderon cuando decía que ser programador es de las peores profesiones para dedicarse a la escritura en el tiempo libre.
Relato con palabras aleatorias
Ya sabéis de sobra como va: a partir de palabras que nos va diciendo nuestra profesora, vamos intentando crear un texto sin parar de escribir mientras que recibimos la siguiente palabra. Os marco en negrita y cursiva cada palabra que nos toca introducir en el relato.
El sentimiento de culpabilidad es algo que siempre nos acompaña cuando realizamos alguna acción que se sale de las mediciones de nuestro sistema de moral.
Y es que hay que tener claro que dentro de cada uno habita una brújula diferente de lo que está bien o mal, tan distinto como la piel que vestimos.
Aún así todos aceptamos una serie de límites morales para vivir en este decorado que es la sociedad. Estos márgenes son muchas veces blancos o negros. Aunque la historia deja claro que en realidad vivimos en una escala de grises.
Perdona que corte aquí mi monólogo de forma tan abrubta pero es hora de que acabe con tu vida, que tengo que recoger a mi hija antes de que cierre la academia.
Relato a partir de una imagen
Escribir un texto que nos inspire una imagen compartida. En mi caso tiré de un brevísimo microrrelato que no tengo claro porque me surgió (creo que estoy pelín sensible con el tema parejas y descendencia últimamente). Os dejo la imagen tras el relatillo.
Judith sonrió, Jon le deolvió la sonrisa y se abrazaron en silencio. Tras tanto tiempo intentándolo, por fin una nueva vida había empezado a crecer dentro de ella.

Relato a partir de tarjetas
Y cerramos la clase con un nuevo texto a partir de dos tarjetas: personaje y emoción. En este caso el personaje es fácil de sacar, la emoción está un poco más rebuscada. Os las dejo también después del texto.
Los comienzos cuando llegué a este país furon muy duros. No hablaba el idioma y mi piel y rasgos me delatan como extranjero incluso ahora que hablo casi sin acento.
Sufrí mucho desde el primer día pero también casi desde el inicio conocí a personas que me hicieron que ya nunca quisiera irme de esta ciudad.
