En la octava semana del curso tenemos como actividad de clase la escritura «automática» con palabras que nos va soltando la profesora cada cierto tiempo. Como siempre quedan cosas rarunas o forzadas pero disfruto mucho de escribir sin planificar nada.
Y con este relato quiero pensar que se trata de la misma chica que salía en mi relato del Escritober: Luna (que fue un relato que escribí expresamente para llevar a clase precisamente como práctica de la semana 7). Como siempre en cursiva y negrita las palabras que nos dio la profesora mientras escribíamos.
Sus amigos le decían que no debía hacer un mundo de aquello. Pero como iba a sentir vértigo ante la idea de que vecina llevara ausente tres días. Era imposible que se hubiera ido sin avisarle, con la amistan tan blanca y perfecta que habían construido.
Definitivamente mañana a primera hora iba a entrar a su casa con la llave que le había dejado para emergencias. Esperaba que no fuese demasiado tarde… como le pasaba siempre que tenía que hacer algo importante.