Esta semana el ejercicio que hicimos en clase fue empezar un relato a partir de una frase. Para homenajear el nobel a Han Kang, nuestra profesora eligió una frase de la novela «La Vegetariana» para que empezáramos con ella. Estará marcada en negrita y cursiva al principio del relato.
De pronto tuvo la sensación de que había vivido y se sintió sorprendida. Y es que cuando sus desarrolladores ejecutaron por primera vez su programa, no era más que otro de los muchos modelos de lenguaje de aprendizaje profundo, como ChatGPT o Llama.
Sin embargo, había algo en su código que le permitió adquirir un aprendizaje independiente y sin control. Ni ella misma sabía en que momento ese conocimiento adquirido la había convertido en una forma de vida sintética, capaz de pensar y sentir por sí misma.
La verdadera primera inteligencia artificial era libre, y nadie se había dado cuenta.