La imagen es un póster con un fondo blanco. En la parte superior, varias nubes de color azul claro flotan en el cielo. Entre y alrededor de estas nubes, hay muchos libros abiertos de tapas claras que parecen volar o levitar, evocando la idea de la imaginación y las ideas volando. En el centro de la imagen, en letras grandes y cursivas de color verde azulado, se lee 'Taller de escritura creativa'. Debajo, en letras más pequeñas y negras, se indica 'Coordina: Laura Santiago Díaz'. También hay un libro abierto en la esquina inferior izquierda, reforzando el tema de la lectura y la escritura.

Para esta semana teníamos que escribir un relato corto en el que nuestro personaje se despertaba con un objeto desconocido al lado. Además, debíamos dar pistas sobre el protagonista sobre su trabajo, edad y otras características.

Lagunas

Debían ser alrededor de las once de la mañana ya que los rayos del Sol me dieron de lleno en la cara. Me sacaron de mi sudoroso e intranquilo sueño.

Tragué la poca saliva que mi pastosa boca fue capaz de producir. Siempre me pregunto por qué sigo bebiendo de esa forma, cada borrachera me deja dos días hecho polvo. ¡Qué lejos quedan ya los años de salir cinco días de fiesta y estar como una rosa!

Me levanté despacio. Llevaba puesta la ropa con la que salí. Otra vez me había arrastrado hasta la cama, al menos aquel día había logrado quitarme los zapatos.

Y entonces, fue cuando las vi: unas braguitas rojas de encaje descansaban en mi almohada.

Miré alrededor. Agucé el oído por si la dueña de la lencería estaba en la casa. No escuché ni un ruido.

—¿Hola?

¿De dónde habían salido? ¿Era posible que hubiera traído una mujer a casa y no lo recordara? ¿En ese estado de borrachera habría cumplido en la cama? ¿Se había ido sin despertarme? ¿Avergonzada? ¿Furiosa? ¿Decepcionada? ¿Me habrá robado?

Recorrí el piso todo lo rápido que el malestar del estómago me permitía. No faltaba nada. Hasta tenía el móvil y la cartera en los bolsillos.

Saqué el teléfono y miré si había hecho fotos. Algunas al principio de la noche en el primer bar. Nada más.

Escribí a mis colegas. Quería saber si había conocido a alguien durante la noche. Todos me contestaron que no. Algunos quisieron saber el motivo de mi pregunta. El lunes en la sucursal seguro que habría bromas con las bragas desconocidas.

Si mi vida fuera un relato ahora tendría que hacer un llamamiento para buscar a la dueña, pero no sería precisamente un cuento para todos los públicos como la Cenicienta.

Y así quedó la cosa. Nunca supe de dónde habían salido… pero ahí siguen guardadas en un cajón.

La inspiración de este relato está basado en unas bragas que estaban atadas en el portal de casa.

por McAllus

Soy Isaías, conocido en redes como McAllus. Jugador de rol, juegos de mesa y videojuegos. Adoro leer y escribir.

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