Soy un djinn, o un genio para aquellos como tú que no sois de la tierra donde se me solía encontrar. Pero ya hace años que vivo lejos de esas tierras. Allí nos conocen y no confían en nosotros, pero los barcos, trenes y más tarde aviones nos permitieron viajar a nuevas tierras.
Como imagino deduces por el nombre que te he dado, mi raza cumple deseos a aquellos que nos encuentran. Eso sí, no salimos de una lámpara ni concedemos tres deseos. Si tienes una necesidad muy fuerte. Ese algo en lo que no puedes dejar de pensar, te permitirá ver la forma real de uno de nosotros. Y nosotros te veremos a ti como un enorme faro de luz violácea.
Una vez reunidos el que necesita el deseo y el djinn no será necesario hablar. Por eso, sé lo que necesitas y te he invitado a venir a mi casa.
Por tu cara deduzco que te has quedado paralizado. Te lo explicaré. El contacto con mi piel es venenoso, por eso cuando me estrechaste la mano ya estabas condenado. Pero tranquilo, que voy a cumplir tu deseo, serás el nuevo CEO de tu empresa.
Se te ve sano así que entubado y sondado imagino que te podré tener soñando con tu deseo por lo menos un año. Ahora voy a besarte en los labios y deseo cumplido.