Para el primer día del Escritober 2024 no me parece mejor elegida la palabra: LIBROS. Tal y como os comenté en la entrada de presentación del proyecto, voy a intentar que los relatos estén ambientados en mi mundo de fantasía y con el primero lo he conseguido.

El libro de la salvación

— No sé si habrás pensado la suerte que has tenido de nacer en esta nación tan especial que es Yrthel — comentó Edgar Conrado mientras acariciaba su perilla de chivo delante del espejo de cuerpo entero que tenía en su estudio privado. — En cualquier otra nación no solo no hubieras recibido una formación tan perfecta en las artes místicas cuando despertó tu don, si no que en lugares como el Imperio de Aelderon habrías acabado en la hoguera a manos de los Templarios de la Rosa.

Continuó un rato más alisando su túnica en la que se mezclaban siete de los ocho colores de la magia. El archimago negó con la cabeza.

— Que desagradable es que el color púrpura haya quedado fuera de las artes que se estudian en nuestras escuelas.

Se aproximó a la estantería llena de libros que cubría la mayor parte de la pared este de la estancia.

— Mira estos libros — dijo señalándolos – Mis antecesores hicieron traer tomos únicos de todas partes del mundo, o copias cuando no quedó más remedio.

Le dio la espalda a la sabiduría que contenían esas baldas y se dirigió hasta un armario cerrado con llave.

— Llevo más de 30 años ocupando este despacho como me corresponde por ser el primero de los siete del consejo gobernante. Y es que solo los más dotados para la magia pueden dirigir y mantener a salvo la cuna de conocimiento e iluminación que representa Yrthel en este mundo supersticioso.

Acarició el armario y se giró hacia el sofá donde se encontraba sentado su asistente.

— Querido Gervasio, hacía casi una década que no encontraba a nadie tan dotado como tú — el hechicero lanzó un leve suspiro — Estoy seguro que en unos años hubieras tenido un hueco en el consejo pero no podrá ser, tengo para ti una tarea mucho más importante.

Edgar sacó una llave de un bolsillo imperceptible de la túnica y abrió el armario, dejando al descubierto un altar donde reposaba un libro cuyas tapas de color púrpura oscuro parecían absorber la luz de la habitación.

— No quiero que pienses que soy cruel o malvado, amigo mío.

El archimago recogió el libro con mucha reverencia y se acercó a Gervasio. Edgar pudo apreciar el miedo en los ojos de su ayudante, pues los ojos era lo único que no estaba afectado por su hechizo de inmovilizar.

— Los adoradores del falso Dios vendrán pronto a por nosotros, lo sé desde que hace cinco años pusieron a su Emperador títere en Aelderon — Edgar puso el libro en el regazo de Gervasio y lo abrió revelando unas páginas envejecidas pero sin una sola letra escrita — Esos salvajes quieren controlarlo todo y no puedo permitirlo.

Edgar recogió de la mesita junto al sofá una pluma de escritura.

— Este libro contiene los conocimientos que necesito para detener a todos nuestros enemigos — acercó la pluma hacia el cuello del joven — Por desgracia, solo la sangre de un hechicero poderoso puede revelarme sus páginas.

La pluma rajó la garganta de Gervasio como si fuera mantequilla, derramando el preciado fluido sobre el libro. En cuanto la sangre tocaba el libro, parecía entrar en él revelando con tinta roja su contenido.

— No sabes cuanto agradezco tu sacrificio — Edgar recogió el libro pasado unos instantes — Con tu sangre el libro está saciado y todos sus secretos quedan ya revelados.

Edgar llevó el libro a su escritorio y comenzó a leer. Tras devorar las primeras páginas sonrió y miró el cuerpo sin vida que yacía al otro lado de la habitación.

— Nos has salvado a todos.

por McAllus

Soy Isaías, conocido en redes como McAllus. Jugador de rol, wargames, juegos de mesa y videojuegos. Adoro leer y escribir.