La imagen es un póster con un fondo blanco. En la parte superior, varias nubes de color azul claro flotan en el cielo. Entre y alrededor de estas nubes, hay muchos libros abiertos de tapas claras que parecen volar o levitar, evocando la idea de la imaginación y las ideas volando. En el centro de la imagen, en letras grandes y cursivas de color verde azulado, se lee 'Taller de escritura creativa'. Debajo, en letras más pequeñas y negras, se indica 'Coordina: Laura Santiago Díaz'. También hay un libro abierto en la esquina inferior izquierda, reforzando el tema de la lectura y la escritura.

Esta semana para casa teníamos que homenajear a Unica Zürn intentando hacer un relato de corte surrealista e incluso añadirle un dibujo propio del mismo corte. En mi caso no cumplí con lo del surrealismo porque es algo que no me gusta y, por tanto, no he consumido lo suficiente como para hacerlo bien, así que tiré por algo más onírico. Como el mes pasado leí dos libros relacionados con el mismo tema, al final me he llevado el relato a ese lugar y momento. Mi horrible dibujo está al final del relato.

El guía

La pequeña se levantó despacio, dolorida y desorientada. Miró alrededor. A varios metros estaban los restos del andén donde esperaba el tren cuando salió despedida por los aires. Veía siluetas grises de personas difuminadas por todas partes: unas de pie, otras sentadas, la mayoría tumbadas. Por más que lo intentaba no lograba distinguir detalles o colores.

—No te preocupes por ellos, Jun —dijo una voz aguda a su lado.

La niña se giró y vio un gato, que en otro tiempo debía ser blanco. No se sorprendía de que supiera su nombre o pudiera hablar. Siempre que veía los ojos de un gato, pensaba que eran criaturas especiales.

—¿Por qué estás tan sucio? —le preguntó.

—¿Y cómo quieres que esté? Llevo horas yendo de aquí para allá, bajo esa extraña lluvia negra que caía hasta hace un momento —respondió alejándose unos pasos de la estación—. Mientras tú dormías entre los escombros, también te has manchado.

Observó sus brazos y su ropa destrozada, y así era.

—Aquí cerca pasa un río, ¿vamos a lavarnos?

—No me gusta el agua, pero tengo que acompañarte. Vamos.

Avanzaron juntos al ritmo lento y doloroso de Jun. Tenían que pararse cada pocos pasos para que ella recuperase el aliento.

—Creo que voy a descansar un poco en este árbol, señor gato —dijo casi sin fuerzas.

Se sentó con las piernas dobladas en posición de loto. Le crujió muy fuerte la rodilla. El gato saltó a sus piernas y se hizo una rosca.

—Cierra los ojos y descansa, pequeña, yo vigilaré hasta que vengan a por ti.

El gato empezó a ronronear. Ella se quedó dormida al instante.

****

Una mano le tocó el hombro y la sobresaltó. Era de la mujer más guapa que había visto nunca. Su piel era tan oscura como una noche sin estrellas. Contrastaba con su cabello gris y el vestido blanco que dejaba al aire sus hombros.

—Siento haber tardado en venir a por ti —susurró—, pero hoy está siendo un día inaudito dentro de la historia de tu especie.

Jun miró sin comprender, aunque aceptó la mano que le tendía. Estaba fría al tacto, pero en cuanto la tocó el dolor, el hambre y la sed desaparecieron.

—¿Puede acompañarnos el señor gato? —preguntó buscándolo con la mirada. No lo encontró, pero lo que si vio fue su propio cuerpo enterrado en los escombros donde se levantó tras volar por los aires.

—Él tiene que guiar y acompañar a muchas otras personas —respondió la mujer—, pero tranquila a donde vas no te faltará buena compañía.

No sabía por qué, pero se sentía tranquila y a salvo por primera vez desde que, un mes atrás, habían comenzado los bombardeos sobre Hiroshima.

Foto de un dibujo hecho a mano con lápiz. Se ve el hongo de una explosión nuclear y un la cabeza de un gato que surge de la parte superior del hongo.

por McAllus

Soy Isaías, conocido en redes como McAllus. Jugador de rol, juegos de mesa y videojuegos. Adoro leer y escribir.