La imagen es un póster con un fondo blanco. En la parte superior, varias nubes de color azul claro flotan en el cielo. Entre y alrededor de estas nubes, hay muchos libros abiertos de tapas claras que parecen volar o levitar, evocando la idea de la imaginación y las ideas volando. En el centro de la imagen, en letras grandes y cursivas de color verde azulado, se lee 'Taller de escritura creativa'. Debajo, en letras más pequeñas y negras, se indica 'Coordina: Laura Santiago Díaz'. También hay un libro abierto en la esquina inferior izquierda, reforzando el tema de la lectura y la escritura.

Esta semana fuimos poquitos en clase así que tras leer los ejercicios de casa y dar la teoría, pudimos hacer dos ejercicios. El primero fue de escritura automática con palabras aleatorias que nos soltaba la profesora cada cierto tiempo. Y después hicimos un relato inspirado por una imagen. La imagen la tendréis al final del artículo y las palabras aleatorias como siempre indicadas en negrita y cursiva en el texto. Estos pequeños relatos, como siempre, los subo como salieron en clase de forma natural.

Ritual

El hombre que dirigía el ritual estaba arrugado como una pasa. Ninguno sabíamos cuantos años podía tener. Las sombras de todos los presentes bailaban por las paredes como si tuvieran vida propia, a causa de la iluminación temblorosa de las antorchas.

El salmo alcanzó su punto álgido y yo golpeé con mi varilla de metal el extraño artefacto con forma de trapecio situado a un lado del altar. El eco del sonido que surgió con el impacto nos acompañó hasta el final de la noche. No pude evitar estremecerme y morder mi labio inferior, como hacía cuando estaba nervioso.

El coro de toda la congregación se unió a la voz del maestro. Yo, como siempre, iba un poco a destiempo. Estábamos a punto de alcanzar el momento de conexión astral que, como una llave, nos abriría el camino a la trascendencia más allá de la carne mortal.

Las últimas palabras de nuestro profeta abrieron el portal que nos llevó más allá del tiempo y el espacio. Ahora somos todos y uno. Eternos.

Turismo rural

Villanueva de abajo siempre había sido un pueblo tranquilo. Los vecinos sacaban sus sillas y mesitas a las puertas de su casa y echaban la tarde charlando y tomando algo. Allí los coches de los habitantes, los pocos que tenían uno, jamás entraban en la población. Se quedaban fuera puesto que el pueblo se recorría en apenas cinco minutos de paseo.

Todo esto cambió cuando un francés pijo, el gabacho como le llamaban todos, compró una gran casa justo detrás de la plaza mayor. La reformó y convirtió en una casa rural para turistas. El negocio le fue bien y pronto hizo lo mismo con otras dos.

Las borracheras, gritos, coches circulando por calles donde casi ni entraban, se convirtieron en el día a día. Esto cambiaría para siempre cuando un turista ebrio en patinete tiró la mesita con whisky de la puerta de Ataulfo. Esa fue la gota que colmó el vaso.

—Esto es la guerra —gritó a sus vecinos— Herminia, pequeña, ve a decirle al Castrojo que quiero comprarle un saco de estiércol y que me lo traiga. Y después busca a tus hermanos y amiguitos, tengo un nuevo juego para vosotros.

por McAllus

Soy Isaías, conocido en redes como McAllus. Jugador de rol, juegos de mesa y videojuegos. Adoro leer y escribir.

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