El pasado jueves 18 empezó el nuevo año escolar del Taller de Escritura Creativa de Librería Luces impartido por Laura Santiago. Como el año pasado estaré de mitad de septiembre a mitad de junio. Y al igual que el año pasado voy a ir trayendo semana a semana los ejercicios que haga tanto en casa como en el curso.
Hoy toca uno de escritura automática con palabras aleatorias que nos iba diciendo la profesora cada cierto tiempo, nosotros no podíamos parar de escribir y debíamos integrar las palabras en lo que estábamos escribiendo. Las palabras de la profesora salen en rojo y negrita en el texto. Como siempre estos textos vienen de la libreta al blog tal y como salieron.
El Refugio
Era un nuevo día en el refugio. La gente se despertaba para comenzar con sus quehaceres. Todos teníamos que cumplir con nuestras tareas en el tiempo estipulado. Pero luego éramos libre de hacer lo que quisiéramos, salvo en situaciones de emergencia.
Hoy, al salir tuve que volver a por mi abrigo porque hacía bastante rasca. Parecía que por fin había llegado el invierno, después de un verano larguísimo y sin otoño.
Todo eso se lo tuve que explicar a mi compañera, al haber llegado tarde. Al puesto de guardia en la frontera norte. Ella estaba helada y deseando irse, así que no tardó nada en poner rumbe al refugio trazando eses por el camino. Y es que había tenido que beberse parte de la reserva para emergencias de vodka que guardábamos en una de las tablas de la esquina de la cabaña.
Los turnos de guardia eran solitarios desde que perdimos a la mitad de la población en la gripe del pasado invierno. Me senté a contraluz para vigilar el camino y me planteé que el juego solitario me marcaría hoy para que pasaran las horas. ¿Quizás contar pájaros?