Su respiración jadeante y entrecortada quebraba, con su susurro imperceptible, el sobrecogedor silencio de la cripta. La sangre se agolpaba en su cabeza. Notaba cada latido como un repiqueteo en sus sienes. El tacto gélido del cetro quemaba sus manos, pero aún se aferraba a él como si su vida dependiera de ello. Y dependía, claro que dependía, era su mejor baza y su arma más poderosa para escapar. Ese cerdo de Victor… ¡Insistente pelele del cadáver aposentado en aquel pútrido trono de oro! Había recorrido media galaxia para atraparla…
Entrada completa en el blog de Sagraldar. Estos relatos son los de mi ejército rival, el que lleva el propio Sagraldar. No dudéis en seguirle porque escribe genial y le da un toque oscuro y gótico a sus relatos que me encanta. Tiene otro blog de relatoscon otro colega suyo (aunque no de warhammer 40.000 pero también están muy bien), por si queréis seguir es La Rueca de las Moiras
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