Las 20 palabras aleatorias que fui recogiendo sobre un día de paseo fueron las siguientes: casa, perro, árbol, libro, cielo, río, montaña, playa, coche, mesa, flor, sol, luna, ciudad, niño, escuela, parque, camino, puerta y reloj.

Se supone que había que elegir dos que no tuvieran excesiva relación pero en mi caso tiré un dado de 20 caras dos veces y salieron las siguientes: flor y reloj. Os dejo aquí con el relato que salió:

Sin tiempo para oler las flores

William siempre tenía la agenda llena y necesitaba mirar constantemente su reloj para estar seguro de que no se saltaba ella hora de ninguna reunión.

Se consideraba el mejor en su trabajo y que cualquiera debía sentirse afortunado de forma parte de su vida aunque siempre estuviera ocupado.

Por eso era incapaz de entender que, tras un viaje de negocio, se encontrase con que su pareja se había marchado dejando tras de sí solo las flores marchitas del último ramo que le había mandado para avisar de que ya volvía.